- En 520 años y a pesar del intento con la Constitución del 91 de la que ya no queda sino el reguero de cenizas, hemos convertido a Colombia en un sistema desquiciado, en un gigantesco manicomio de sadomasoquistas adictos, en el que los amos, los “servidores públicos”, los políticos-politiqueros burócratas, la minoría absoluta, se han convertido en sádicos perseguidores verdugos ensañados sin piedad contra públicos masoquistas que se los aguantan con el placer típico de los idiotas que no distinguen entre el bien y el mal, contra los pueblos masoquistas callados por servilismo, por un respeto indebido a una autoridad que no lo es ni merece serlo, contra pueblos masoquistas fabricados en el contubernio de escuela-púlpito con una escala de valores trastrocada por el interés de mantener el sistema pocos amos-muchos esclavos por sécula seculorum, contra poblaciones masoquistas que no se oponen por miedo a retaliaciones mayores, o por extraña resignación y/o por necesidad o urgencia egoísta; ensañados los sádicos amos con un pueblo tiranizado y explotado con infamia y sevicia (logran que el 41% de personas muertas de miedo corran a pagar las infames fotomultas y que vayan a que las regañen en unos cursos inútiles dictados por unos “vivos” que le sacan partido a la situación no importándoles que se jodan los demás), ensañados los sádicos amos con un pueblo condenado a la ignorancia obligada e impuesta, con un pueblo sin reales voz y voto libres en una pantomima de democracia en la que las manifestaciones y exclamaciones de las mayorías (votos en blanco, abstenciones, protestas, votos comprados y engañados, el 59% que no paga fotomultas injustas…) NO son tenidas en cuenta, una farsa democrática en la que esa “soberanía” mayoritaria no se impone y, por el contrario, se desconoce, se anula, se desprecia, no vale, no es tenida en cuenta… como pasa, por ejemplo, con todo lo relacionado con el transporte, que tiene en un “ministerio” y en unas oficinas de tránsito y movilización unos monstruos sádicos que gozan obstaculizando de miles de maneras la “libre” movilización y tránsito de todos: un ministerio que tiene a Locombia sin navegación, sin ferrocarriles, sin carreteras, haciendo circular lo gigantesco, inadecuado e imposible (tractomulas de 50 y más toneladas) por trochas en las que con dificultad circularían arrieros y mulas; un ministerio que permite buses municipales sin resortes ni suspensión que brincan como mulas cerreras y buses intermunicipales que realmente son una gran nevera con llantas, con discoteca de arrabal, con cinema de sexta categoría y con un chofer y un fogonero salvajes, torturando-transmitiéndoles-educando a los pobres parroquianos y a sus hijos (lo que es agravar la catástrofe educativa de horribles costumbres y tradiciones) con sus gustos bárbaros.
- Un “ministerio” y unas oficinas de tránsito y movilización que gozan metiendo más carros de los que caben en caminos y calles intransitables buscando llegar lo antes posible al día del trancón general en el que quien vaya en un vehículo tendrá que abandonarlo en donde esté o quedarse a vivir allí para siempre o tenerlo como finca si es que por suerte quedó cerca de su casa.
- Un “ministerio” y unas oficinas de tránsito y movilización que gozan rapartiendo concesiones de peajes mientras desaparecen los presupuestos para inversiones viales, construcción y mantenimiento, que bien y fácil se podrían financiar con un cobro directo y sin intermediarios de un pequeño porcentaje por cada galón de combustible vendido (evitándose los sobre costos y las molestias, los atracos a estos sitios irracionales que existen por doquier… evitando, además, anular a los pobres trabajadores que tienen que perder su tiempo de vida en un sitio, sin poder hacer nada útil, para disfrutarla y crecer culturalmente).
- Un “ministerio” y unas oficinas de tránsito y movilización que gozan cambiando la Constitución por leyes espurias que la quebrantan, las leyes por decretos que las contradicen, los decretos por resoluciones y pareceres de cada oficina o de cada funcionario o agente de tránsito que quiera imponer su parecer contra Constitución, Ley o Decreto válido, rompiendo todo el andamiaje jurídico.
Propongámonos pagar las infames fotomultas –negocio de unos pícaros perseguidores públicos- con el mismo esmero con el que atienden las llamadas de auxilio, quejas y reclamos esos “funcionarios” nuestros. Así quedaremos en paz. Al deber de la desobediencia civil llaman la cordura, la Libertad y la Solidaridad.
- Un “ministerio” y unas oficinas de tránsito y movilización que gozan diciendo que en Caso de Cualquier Emergencia, queja o reclamo, marca estos números telefónicos en la Biblia Estatal de Perseguidores Públicos…, para que pierdas el tiempo esperando la ayuda que no tendrás y para que te entretengas mientras abusan de ti, o te atracan y/o te matan tus adorables, solidarios y educados prójimos que, satisfechos, comparten felices ser de la especie hipócrita, de la tal especie que es mera ilusión.
- Si es con el Tránsito de Medellín (4457833 – Gladys o Mónica contestan), con cualquier tránsito u oficina del Ministerio de transporte, despensiónate, esos señores y sus ministros, y demás funcionarios y directores de tránsito están muy ocupados en otras cosas, o haciendo crucigramas o escondidos detrás de un árbol esperando a la próxima víctima con una cámara como arma (ojalá anciano o anciana de estrato cuatro en adelante o un mafioso con billullo mal habido de sobra, pues desde hace mucho tiempo se supo que no hay fortuna que no tenga el crimen por padre y por madre una canallada) o tramando y craneando nuevas formas de convertirte en un infractor, en un delincuente y multarte para partir la marrana con los desidentificados y ladrones “inversionistas derechistas” de los “center car” o para acumularte “partes” indebidos hasta que la suma justifique negocio para un voraz “abogado” que te quite hasta la gana de vivir en esta compañía “solidaria” dee esta sociedad que desde hace tiempo ya no tienes.
- Por ejemplo, y tengo las pruebas fotográficas de cuatro o cinco carreteras, en las que los funcionarios de ese ministerio y sus contratistas, todos locombianos, emplean el tiempo, pagado por nosotros los contribuyentes, planeando cómo poner los avisos de velocidad máxima de tal manera que sean imposibles de ver y de cumplir, muchas veces poniendo dos velocidades diferentes a unos cuantos metros uno de otro, cambiando las velocidades “permitidas” a su antojo cada 100 o 200 metros o menos: ¡nadie es capaz de conducir como debe, así, de esta manera!
- Luego a todos, nos hacen infractores, nos hacen sentir como delincuentes, como irracionales esclavos de caprichos de fantasmas desconocidos que se esconden tras sus escritorios de burócratas y detrás de la muletilla “es la ley” o la “no se puede”.
- Lo peor de todo es que NO hay dónde ni con quién intervenir y decidir de acuerdo a la Constitución y las Leyes legítimas lo que nos convienen a todos. Siempre habrá algo que anule y castigue al ciudadano. Y si no está de acuerdo, ¡ponga abogado! que lo represente, porque usted es un inválido ciudadano o un ciudadano invalidado por el peso de esa flamante “autoridad”, el sistema ha sentenciado que usted es incapaz de valerse por sí mismo. Como quien dice “usted es ciudadano pero no es ciudadano”.
- Sin embargo, maliciosamente, ¡no todos somos multados!, para que no haya un reclamo masivo.
- Nos multan a cuenta gotas según un presupuesto mensual de multas establecido, para beneficio fraudulento de ellos, utilizando un presupuesto de señalización que teórica y supuestamente persigue avisar y prevenir oportuna y debidamente a la ciudadanía de las velocidades convenientes y seguras en ciertos tramos de las carreteras. Lo mismo sucede con los segunderos de los semáforos y con la luz amarilla que en convención universal es para alertar, para avisarle al conductor que proceda lo más racionalmente posible.
- Estos, y muchos otros “locombianos que aprovechan el puesto como una oportunidad de lotería”, son ¡nuestros servidores públicos que nos deberían enorgullecer! “Compatriotas-autoridades” a los que nos debemos dirigir con todo respeto y muchas venias y normas de urbanidad: a los que tenemos que tratar de “señores y como “señores” y rogarles… por honorables…, a unos infames ladrones perseguidores sin piedad de sus “marranos compatriotas” a los que traicionan. Pobres compatriotas víctimas de verdaderos atracos de mala intención que, asustados por una “falta que ni siquiera han cometido”, corren a pagar sus multas y a darla dada en esos cursos obligatorios en los que los “instructores” les dan toda la razón a los multados injustamente pero dizque sin poder hacer nada… nada más que cobrar lo que les pagan por ser cómplices de tamaña tumbada oficial.
- Todos estos “perseguidores públicos” están unidos en un COHECHO (que es un HECHO EN COMPAÑÍA… para delinquir defraudando y robando a los pobres embobados del pueblo raso), abusando de su posición, en el que todo el que participe y que lo sepa y no denuncie es CULPABLE delincuente.
- Pero NO HAY QUIEN GOBIERNE NI QUIEN RESPETE NI HAGA CUMPLIR LA CONSTITUCIÓN Y LAS LEYES y, ni siquiera el pueblo es soberano ni cumple con el deber de la desobediencia civil ante las injusticias y las tiranías: NADIE ESTÁ OBLIGADO A SEGUIR, GUARDAR NI OBEDECER LO ILEGÍTIMO, LO INJUSTO, LO QUE ATENTE CONTRA EL BIEN COMÚN. Y todos estamos obligados, debemos y tenemos que luchar por lo justo, por lo legítimo, por el bien común, y a imponerlo, ¡como sea!
- El tránsito de Medellín es la porquería más grande que existe en la desadministración municipal. Miren la Plaza de Mercado de La América convertida en terminal y lavadero de buses y de otros vehículos, miren La Paz con Cúcuta y aledaños convertidas en verdaderos antros por los que ni la policía circula, miren las empresas metidas en los barrios residenciales utilizando todas sus calles como parqueaderos y las aceras como salas de espera y como basureros y orinaderos… cientos de casos similares por toda la ciudad, sin atención alguna, pues toda su atención está puesta en el negociado de las cámaras y fotomultas ubicadas en los sitios por donde circulan los ciudadanos esclavos de primera y segunda categorías que tienen capacidad económica o cosas de valor que temen perder.
- Las demás clases no tienen con qué pagar ni ganas de pagar y están dispuestos a hacerse matar por sobrevivir de cualquier manera en la más hermosa ciudad de Locombia, en la “tacita de plata”, en “la ciudad de la eterna primavera”, en “Medellín, la más educada”, en “La ciudad más feliz del mundo”. Y todos nos tragamos todos esos cuentos, todas esas ilusiones y espejismos y máscaras con las que ocultamos nuestras vergüenzas, desgracias e infamias y desigualdades injustas y criminales.
- Dejo claro que:
- Estamos de acuerdo en que el que no sepa conducir debidamente no sea patentado o sea despatentado.
- Estamos de acuerdo en que el que pase un semáforo en rojo, sin una razón cimera, sea multado y hasta despojado de su licencia de conducción.
- Estamos de acuerdo en que se señalicen correctamente todas las vías de la República y que todos los semáforos tengan segundero visible que guie a los conductores para frenar a tiempo, y en que se acaten siempre esas señales. Estamos de acuerdo en que el que persista en quebrantarlas sea despojado de su licencia de conducción después de insistir una o dos veces en su reeducación LiRScA
- Estamos de acuerdo en que el que conduzca embriagado, o a velocidades irracionales o que aumente los decibeles de su equipo de sonido por encima de lo normal, en cualquier lugar, sea multado y si es reincidente, lo sea con agravantes y en forma progresiva, pero corta, aumentada su pena, hasta despojarlo de su licencia
- Estamos de acuerdo en que los carros no contaminen y en que sus motores permitan una velocidad máxima en carretera y en autopistas de 80 kilómetros
- Estamos de acuerdo en que la velocidad máxima urbana sea la racional en cada lugar y la máxima de 60 kilómetros por hora en las calles apropiadas
- Estamos de acuerdo en que el transporte público sea civilizado y amable, con pasajeros cómodamente sentados, por medio de metros y/o tranvías eléctricos y buses decentes y cómodos para viajes largos
- Estamos de acuerdo en que se prioricen el control de la natalidad, la salud preventiva y conseguida por el conocimiento alimenticio y por los buenos hábitos de higiene enseñados,
- Estamos de acuerdo en que se prioricen la educación LiRScA, el debido progreso, la movilización a pié, en bicicleta y hasta en patineta
Estamos de acuerdo en que se respete la Libertad (que es hacer lo que se debe) y la intimidad de todas las personas, y en que se eliminen la persecución constante, la ridiculización y el estrés causado por el espionaje y la amenaza permanente de represión con saña y sevicia y el miedo y la angustia que esto produce;
y estamos de acuerdo en que se cambien la persecución y el castigo permanentes por educación, solidaridad y confianza entre ciudadanos civiles y ciudadanos ejerciendo como autoridades legítimas que busquen, ambos, como objetivo primordial, el Bien Común.
Estamos de acuerdo en que se busquen con esmero e ilusión funcionarios con vocación apasionada de SERVIDORES PÚBLICOS. Se les recompensará debidamente, con reconocimiento de buen nombre y agradecimiento y solidaridad.
¡Fuera los corruptos y los truhanes sádicos PERSEGUIDORES PÚBLICOS amangualados con los que ambicionan ser amos haciéndonos a los demás esclavos y víctimas!
eco katío, panclasta, ex
NOTA agregada en septiembre 25 de 2012: acabo de regresar de un viaje que hice hasta Juntas de Uramita y Frontino. ¡Qué vergüenza que los dos gobernadores anteriores, el tirano de los ocho años y su ministro de transporte, los alcaldes y población civil de todos esos municipios, se llamen antioqueños con esa sobradez que los caracteriza! ¡Convirtieron una buena carretera, hecha con mucho sacrificio y muchos años de lucha, en una trocha inmunda e intransitable! ¡Lo peor es que este pueblo es capaz de votar por esos canallas otra vez! ¡Cómo es que esos traidores de la confianza pública no están en la cárcel sirviendo de ejemplo y cómo es que esos daños a un pueblo, a su pueblo, no les son cobrados! ¡Liberales y conservadores, asociados para delinquir estafando, se han confabulado para CONSTRUIR CARRETERAS Y DEMÁS OBRAS PÚBLICAS, CON LAS ESPECIFICACIONES DEBIDAS O SIN ELLAS, PARA DEJARLAS ACABAR Y TENER QUE VOLVER A CONSTRUIR CADA CINCO O DIEZ AÑOS, por malicia, viveza, negocio, mutua complicidad y vista gorda. Las autoridades jurídicas, de vigilancia y control, nombradas por ellos mismos, ni se inmutarán ni los castigarán. Mejor se entretendrán (ahí sí son muy severos y derrochadores autoalabándose con avisos de página entera a todo color en sus periódicos cómplices) con las fotomultas y poniendo avisos de 30 km/hora tanto en una avenida, una autopista o un camino de herradura (como en la carreterita de Uramita a Peque), para hacernos delincuentes transgresores a todos y multar a un porcentaje cada mes! ¡Y el mundo, impávido y embobado, sigue su marcha dizque de “progreso y evolución”! Ja, ja.