No hay nadie más nadie que nadie

¿Qué tenemos para pensar y decidir?

No hay nadie más nadie que nadie                                                                                                

Señor alcalde, presidente, concejal, secretario, gerente o político, yo sé por qué usted no me responde ni se comunica conmigo (y hablo en nombre de todos, a los que les pasa lo mismo). Y no es porque usted sea más y mejor persona que yo, ni porque sea más inteligente, sepa más, ni porque esté más ocupado. No, no es por eso. Tampoco por desprecio ni por la diferencia de profesiones y de gustos. Tampoco es porque no nos conocemos, pues usted no tuvo ningún reparo a pesar de lo mismo, para pedir mi voto. No, señor. Pero, señor, sí hay dos razones por las que usted no se comunica conmigo. La primera, es porque usted es y guarda secretos y tiene otras intenciones desconocidas a pesar de fungir como público, a pesar de “ser” un hombre dizque “público”, un hombre que maneja “lo público”. La segunda, y creo que es la más importante, porque conmigo no puede montar ninguna tramoya para enriquecerse y defraudar al erario. Si la pudiera montar, estoy seguro que no solo me atendería sino que me buscaría.